"The Economist" afirma que esos resultados, que constarían en sondeos realizados al efecto, no merman la contribución militar de España a la acción de la OTAN, pero sí condicionan la actitud del Gobiernoespañol ante el conflicto.

A su juicio, José María Aznar es consciente de los sentimientos mayoritariamente contrarios entre la población a las operaciones de la OTAN y, por esa razón, está "poco comunicativo" para explicar las opiniones del Gobierno.

"The Economist" considera que la actitud de los españoles refleja la profunda desconfianza existente hacia las soluciones militares como consecuencia, entre otras cosas, de la guerra civil y las cuatro décadas de dictadura militar que le siguieron. A este respecto, subraya que tantos los ciudadanos como la prensa se han centrado en el problema de los refugiados mucho más que en los aspectos militares de la guerra, lo que se ha plasmado en rápidas iniciativas del Gobierno para ofrecer ayuda a los desplazados, colectas y ofrecimientos de muchos ciudadanos para acoger a refugiados.