La plataforma ecologista asegura que la OTAN está utilizando los aviones estadounidenses A-10 "Wart Hog", armados con cañones que lanzan royectiles con puntas radiactivas. Estas armas pueden sembrar de contaminación radiactiva las zonas que están siendo bombardeadas por la OTAN, produciendo efectos catastróficos en la salud de las personas que vivan en la zona, así como en la flora y la fauna.

En un comunicado, Ecologistas en Acción señala que estos proyectiles se suelen usar en la lucha antitanque y tienen la particularidad de que el uranio del que está hecho la punta es mucho más denso que cualquier otro metal, lo que les da una mayo capacidad para penetrar los gruesos blindajes de los tanques. Sin embargo, estos proyectiles tienen, además, el efecto de que cuando explotan liberan uranio radiactivo al medio ambiente.

La organización denuncia que la contaminación radiactiva no se quedará sólo en los objetivos militares, sino que se dispersará por el entorno, afectando tanto a la población actual como a la futura de las zonas donde se están utilizando.

La plataforma ecologista asegura que estos proyectiles se usaron ya en la gerra del Golfo, en 1991, y podrían haber dado lugar a un aumento de cánceres, abortos y malformaciones congénitas en Irak. De hecho, algunos veteranos de la guerra del Golfo presentan enfermedades causadas por radiactividad.