Casi al final de esa comparecencia, antes de dar paso a las preguntas, el presidente español comentó con ironía que en su encuentro con Kircher hubo acuerdo en todo "menos en una cosa, quién va ganar el Mundial de futbol".

"Yo, previendo eso...", dijo Kirchner, mientras sacaba una camiseta con los colores de la selección argentina y se la entregaba a Rodríguez Zapatero, que la recibió con una sonrisa. "Eso está fenomenal", le dijo.

Ambos presidentes destacaron el buen momento de la relación bilateral, basada en la solidaridad que los dos países han tenido ante los compatriotas del otro en momentos difíciles.

Rodríguez Zapatero recordó que en Argentina viven 284.000 españoles y otros 320.000 descendientes, que encontraron en este país un futuro negado durante la dictadura. Kirchner, por su parte, agradeció a España la acogida de sus compatriotas durante la dictadura militar y también durante la grave crisis financiera que vivió el país en 2001.

Sobre esa base se suscribió el acuerdo estratégico entre los dos países que, en palabras de Kirchner, es crucial para el desarrollo de su país, para profundizar las inversiones españolas allí.

Rodríguez Zapatero se refirió también al presidente argentino como un "baluarte" de la defensa de los derechos humanos, y agradeció expresamente la creación de una unidad especial encargada de investigar la desaparición de españoles durante la dictadura militar.

Kirchner aseguró que tres años y medio después de iniciar su gestión Argentina está ya saliendo "del infierno", con sus cifras macroeconómicas controladas. Rodríguez Zapatero se mostró convencido de ese avance y sentenció que España está "segura" contribuyendo a su desarrollo.

Después de la grave crisis de 2001, "Argentina ha vuelto, la esperábamos, y ya no se va a ir nunca", dijo el presidente español a Kirchner.