Fernández de Kichner hizo estas confesiones en el discurso inaugural del seminario regional "La mujer y la Alianza de Civilizaciones, oportunidades y desafíos", que se celebra hoy y mañana en Buenos Aires.

En la sesión de apertura, la presidenta saludó a todos los presentes, entre los que estaban el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos; Jorge Sampaio, alto representante de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones; Enrique Iglesias, secretario general iberoamericano; y el representante del Gobierno de Turquía, Hasan Gogus, y, en especial a la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez a la que le dijo: "Trini, ¡qué gusto verte!".

Acto seguido, Fernández de Kichner relató que su "queridísima amiga" Fernández de la Vega, la telefoneó hace días para decirle que estaba "muy indignada" ante las noticias de un diario argentino -aludiendo a "Clarín"- en las que se decía que ella no acudiría al foro de la Alianza de Civilizaciones, como inicialmente estaba previsto, por "algún episodio" con una empresa argentina de capital español, refiriéndose a Aerolíneas Argentinas.

Según la presidenta, en la conversación con De la Vega trataron que "cómo puede alguien suponer que una amistad", como la hay entre ambos países, "puede mutilarse o dañarse por actitudes como éstas". "No pueden manejarse con tanta liviandad una relación tan profunda como la de España y Argentina", apostilló.

Además, la presidenta argentina apuntó que De la Vega le pidió "por favor" que relatara esta conversación entre ambas para evitar que trasciendan este tipo de espisodios.

El asunto al que se refiere Fernández de Kichener es que el diario "Clarín", el de mayor tirada de Argentina, mantiene que el Ejecutivo español anda "preocupado" por la situación de las Aerolíneas Argentinas, y de ahí que la vicepresidenta al final no acudiera al seminario de la Alianza de Civilizaciones en Buenos Aires.

En estos momentos, el Estado argentino tiene una participación del 5% pero el pasado mes de noviembre anunció su intención de elevar su participación en la compañía hasta el 20%, que es el tope establecido en 2006 por un acuerdo entre el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) y el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque esa transferencia de acciones aún no se concretó.

El grupo Marsans compró Aerolíneas en octubre de 2001 por unos 615 millones de dólares a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que controlaba esa línea aérea desde su privatización en 1990, durante el Gobierno argentino del ex presidente Carlos Menem (1989-99).