La KGB utilizó códigos secretos para ocultar los números y datos que transmitían los barcos y ocultar el número real de las capturas que realizó la flota soviética, que durante los últimos cuarenta años informó sólo de la mitad de las muertes de ballenas que provocó.

De esta forma, los ballneros de la antigua Unión Soviética acabaron con miles de ejemplares, algunos de ellos protegidos, sin que la CBI conociera los datos reales.

No obstante, el secretario de la Comisión Ballenera Internacional, Ray Gambell, admitió que la comisión disponía de algunos indicios ofrecidos por científicos australianos durante los años 60, que demostraban que la flota soviética capturó en aquella época cientos de ejemplares de la ballena "humpback" o "jorabada", una especie amenazada.

Sin embargo, Ray Gmbell reconoció que la CBI no pudo hacer nada a este respecto, poniendo así en entredicho la capacidad de este organismo para asegurar el cumplimiento de sus propias resoluciones.

El año pasado Rusia optó por la abstención en la votación que realizó el Comité Técnico de la CBI para comprobar el apoyo que tenía entre sus miembros la creación de un santuario para ballenas en la Antártida.

En la reunión celebrada esta semana en la pequeña Isla de Norfolk se ha vuelto a votar una resolución, esta vezpresentada por Nueva Zelanda, para comprobar los apoyos que mantiene entre los miembros de la CBI la propuesta de creación de santuario para ballenas en el hemisferio sur.

ESPAÑA A FAVOR DE LA PROTECCION

La resolución contó con el apoyo de España, Australia, Brasil, Francia, Irlanda, Mónaco, Holanda, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos.

Chile, país que en ocasiones anteriores se había mostrado reaccio a la creación de un espacio protegido para los cetáceos en la Antártida, decidirá su pstura durante las próximas semanas, ya que el futuro presidente, Eduardo Frei, se ha sumado a las 250.000 firmas de ciudadanos chilenos a favor del santuario.

Los principales obstáculos partieron de nuevo de Japón, Islas Salomón, Corea del Sur y cuatro estados caribeños (Dominica, Granada, Santa Lucía y San Vicente).

Greenpeace ha denunciado la "campaña de compra de votos" que, a jucio de la organización internacional, ha puesto en marcha el Gobierno japonés para conseguir que la creación de un sntuario para ballenas no cuente con el apoyo necesario.

Según los datos de Greenpeace, la caza comercial de ballenas ha devastado las poblaciones de cetáceos del hemisferio sur, ya que a pesar de las restricciones establecidas se habrían capturado más de un millón y medio de ballenas en estas aguas durante este siglo.