Con este infrme, KAS pretende abrir una discusión para justificar la validez de la lucha armada, elevar la moral del bloque y frenar la sensación de derrota política.

El documento mantiene una posición "dura", al manifestar sus redactores que ETA no debe negociar su disolución ni abandonar las armas definitivamente tras una posible negociación política. "Tras esto vendrá la paz, pero sólo en la medida en que el Estado español así lo quiera", agrega.

"Habrá un armisticio, efectivamente, y como consecuencia de mismo las armas callarán", continúa. "Pero volverán a hablar tan pronto como el Estado pretenda dar marcha atrás y deje de cumplir lo pactado. Las armas no se entregan".

El bloque KAS estima que la negociación política y la estrategia político-militar en la que se sustenta son "una necesidad histórica de Euskal Herria". Tras asegurar que "no caben vacilaciones", KAS legitima su estrategia política "ante la cerrazón de Madrid y París".

Los redactores afirman que esta estrategia "no constituye obsáculo para la unidad de los abertzales, si existen campos de trabajo en los que todos podemos trabajar sin estorbarnos".

Para KAS, la complementariedad entre ETA y los partidos políticos que estén dispuestos a defender la soberanía nacional está mejor definida que nunca. Con la estrategia de la negociación "ETA se limita a hacer saltar el cerrojo, a romper la voluntad de quienes se nieguen a devolver a Euskal Herria sus derechos".

A juicio de los autores del documento interno, el papel de ETA irádisminuyendo en la medida en que los agentes sociales y políticos "vayan adoptando actitudes claras, contundentes, coherentes y firmes de defensa de la soberanía nacional".

Finalmente, hacen un llamamiento a las bases "abertzales" para que se muestren decididas a "aguantar y resistir", ya que "tan sólo con aguantar habremos ganado".