Cuando en su declaración ante el juez, el alcalde aseguró que él también resultó lesionado en el incidente, el titular del Juzgado de Instrucción número ocho de Granada suspendió la vista, con el fin de que el acusado pudiese aportar los certificiaddos médicos que acrediten el carácter de las heridas que sufrió.

Antonio Garrido, el joven mordido, mantuvo que la pelea comenzó al tratr de coger su coche, que estaba aparcado junto al del alcalde y por iniciativa de la primera autoridad municipal.

Cuando Garrido pidió a Vallejo Roldán que retirase un poco su vehículo para facilitarle la maniobra de salida, no recibió contestación alguna y, al insistir, le aclaró que no tenía la menor intención de retirarlo.

Según la versión que el joven facilitó al magistrado, su padre medió en la pelea verbal y fue entonces cuando el alcalde le dio un puñetazo que le derribó. Al ir a asistirle Vallejo Roldán le propinó el mordisco que originó la denuncia.

El mordisco, que el alcade niega haber dado al joven, taladró la camisa y el jersey que llevaba y le dejó a la altura del vientre una cicatriz profunda, por todo lo cual su abogado ha solicitado una indemnización de 300.000 pesetas.

El letrado pide además otras 4.000 pesetas por cada uno de los 14 días que su cliente estuvo impedido.