El 7 de abril del año pasado el camarero ahora condenado se negó a servir a una pareja de homosexuales que entraron al café y les exigió que abandonaran el local, insultándoles con calificativos como "maricones de mierda", según la asociación.

Asesorados por la Coordinadora Gay-lesbiana, las víctimas denunciaron el hecho, que durante el jicio fue reconocido por el camarero del Café de la Opera.

En opinión del secretario general de la asociación, Jordi Petit, esta decisión indica "un claro cambio en la mentalidad social respecto a la homosexualidad" y puede ser calificada como una "sentencia antidiscriminatoria por el contenido agresivo y antihomosexual de dicho insulto".

"Hechos como éste", añadió Petit, "indican otros cambios de mentalidad social de los propios gays y lesbianas, que reclaman sus derechos de igualdad de trato". Tras conocer la sentencia, la coordinadora expresó su intención de presionar ante la Administración para conseguir que la reforma del Código Penal castigue las discriminaciones por causa de orientación sexual.