De acuerdo con esta medida, los centros de rehabilitación psicosocial ubicados en Extremadura (tanto públicos como privados) estarán destinados a ofrecer, a personas con trastorno mental grave, programas asistenciales dirigidos a la recuperación y fomento de sus habilidades y competencias, con el fin último de potenciar su nivel de autonomía e integración social, así como apoyar a sus familias.

Así, cada centro tendrá asignado un territorio de actuación para cuyo establecimiento se tomará como referencia el Area de salud donde se ubique, si bien se establece una necesaria flexibilidad en la accesibilidad de los pacientes y de sus familias hasta la implantación de este tipo de centros en todas las áreas en las que se considere oportuno.

Por lo que respecta a los requisitos técnicos, el personal que se considera necesario para realizar y coordinar las actividades que han de ofrecer los centros psicosociales estará integrado por tres psicólogos (uno de los cuales será el director del centro), un trabajador social, un terapeuta ocupacional, dos monitores ocupacionales y un auxiliar administrativo.

Este equipo se considera el mínimo necesario para un centro que preste atención a entre 60 y 70 usuarios, con independencia de que el propio desarrollo de las actividades haga necesaria la incorporación de un número mayor de profesionales o de puestos distintos a los descritos. Asimismo, se establece como requisito que uno de los psicólogos esté en posesión de la titulación de especialista en Psicología Clínica.