Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente informaron hoy a Servimedia que todavía no se ha determinado la identidad del autor de los disparos que provocaron la muerte del ave, que fue hallada el pasado 25 de octubre con varios impactos de perdigón.

El ejemplar había sido marado con un sistema de emisores vía satélite, lo que permitía realizar un seguimiento de sus movimientos.

Este águila formaba parte de un grupo de cuatro ejemplares jóvenes que fueron marcados para estudiar sus evoluciones. Los otros tres pollos no han sufrido ningún contratiempo, dos se encuentran en Extremadura y uno fue localizado recientemente en el Sahara, por lo que ha recorrido una distancia inusual en este tipo de rapaces.

La Junta de Extremadura no descarta suspender la actividad cinegétia en el coto en el que apareció muerto el águila imperial si se demuestra que el furtivo disparó desde este espacio.