La respuesta a esta realdad es la vía del diálogo y la negociación entre todos, y que cada uno asuma sus responsabilidades, "es el mejor camino para buscar la solución más adecuada".

Dicho acuerdo se tiene que alcanzar con la participación de todas las partes, incluida la de los vecinos de las zonas cercanas a los bares de copas, que están presentes en las negociaciones.

Además, asegura la Junta, es necesario que no se produzcan actos de violencia, como requisito para el inicio de las negociaciones, y que, una vez alcanado el acuerdo del horario de cierre, se garantice la tranquilidad, el orden y el silencio en las calles a partir de dicho horario.

En este sentido, el Ejecutivo regional recuerda que, si bien la Junta de Extremadura tiene la competencia de fijar los horarios, son las fuerzas de orden público quienes tienen que hacerlos cumplir, y es el ayuntamiento el que debe velar para que se cumplan las condiciones técnicas de los locales, en función de su categoría.