Según el consejero de Bienestar Social, Tomás Mañas, estas dos ayudas "vienen a dar apoyo a aquellas catástrofes o conflictos que, en ocasiones, han sido ya olvidados por el público en general, pero cuyas consecuencias siguen sufriendo las poblaciones afectadas".

Mañas indicó que estas ayudas humanitarias de emergencia "son una parte irreemplazable del programa de cooperación internacional, dado que permiten al Gobierno regional actuar de una manera inmediata allí donde surge una necesidad imperiosa".

La ayuda aprobada para China será gestionada por Cruz Roja y se destinará a la zona de Sichuán, que fue la más afectada por el terremoto que asoló el país asiático el pasado 12 de mayo. La iniciativa tiene como fin el establecimiento de la red de agua y saneamiento de una parte de la zona afectada, con lo que miles de personas podrán volver a tener suministro de agua potable, además de evitar enfermedades por la falta de una red apropiada de eliminación de aguas residuales.

Por su parte, la ayuda aprobada para Chad será gestionada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), con el fin de establecer servicios de saneamiento y agua potable en los campamentos de refugiados donde se hacinan miles de ciudadanos sudaneses, que han huido de sus hogares debido al conflicto armado que vive su país.

Para ello, se destinan 150.000 euros que serán utilizados por ACNUR para realizar las obras y establecer las infraestructuras necesarias a fin de mejorar las condiciones higiénicas de esta población refugiada.