La principal partida, de 5,7 millones, se destina a los núcleos urbanos de Almuñécar y La Herradura, los más afectados por la riada, donde se realizan obras de reposición de encauzamientos, ampliación de la capacidad de desagüe y limpieza y desescombro en los ríos Verde, Seco y Jate.

En las zonas del Valle de Lecrín, La Alpujarra, Los Guájares, Otívar e Ítrabo se llevan a cabo trabajos de recuperación de la capacidad de desagüe, reconstrucción de defensas contra riadas y reposición de los servicios de abastecimiento, saneamiento y depuración de aguas, con un presupuesto total de 3,9 millones de euros.

La Agencia Andaluza del Agua está invirtiendo también 2,36 millones de euros en la reposición de infraestructuras de captación de recursos subterráneos, redes de abastecimiento y sistemas colectores a lo largo de todo el litoral granadino, así como en la reparación de las depuradoras de Almuñécar y La Herradura.

De igual modo, la Consejería de Medio Ambiente, a través de la Agencia Andaluza del Agua, está llevando a cabo obras de emergencia para reparar infraestructuras hidráulicas y fluviales dañadas por las lluvias del pasado mes de mayo en ocho municipios de la Sierra de Segura (Jaén).

La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, informó hoy al Consejo de Gobierno de estas intervenciones, presupuestadas en 1,6 millones de euros.

Las obras corresponden a una segunda fase de actuación, tras las primeras medidas de emergencia adoptadas en su día por el Gobierno central, la Administración autonómica y la Diputación Provincial de Jaén.

Las obras de emergencia se completan con diversos trabajos en el territorio de la cuenca mediterránea granadina para reparar caminos que atraviesan zonas de dominio público hidráulico, redes de canalizaciones de regadíos e infraestructuras del embalse de Béznar, por valor de 2,23 millones de euros.

Los municipios donde se desarrollan los proyectos son Benatae, Arroyo del Ojanco, Génave, Orcera, Puente de Génave, La Puerta de Segura, Santiago-Pontones y Segura de la Sierra. Todos ellos registraron daños por el desbordamiento de los ríos Hornos y Trújula, afluentes del Guadalimar.