En respuesta a un accionista que se interesó por el pago de indemnizaciones al ex copresidente de la entidad, José María Amustegui, y también a Corcóstegui, Botín precisó que en el caso de Amusátegui se trató de "un bono", mientras que en el de Corcóstegui de una pensión previamente fijada entre él y la entidad.

Botín defendió que estos pagos se ciñeron estrictamente a la legalidad vigente y alabó la labor de Corcóstegui en la fusión entre el Central Hispano y el Santander y destacó su "magnífica gestión" de la operación de concentración de ambos bancos.

Por su parte, Fernando de Asúa, responsable de la comisión de retibuciones de consejeros, defendió que el pago a Corcóstegui tuvo su origen en un contrato entre él y la entidad y que, además, su cuantía "estaba en línea con las magnitudes internacionales" que se abonaban en este concepto para este tipo de directivos.

Además, defendió que el acuerdo con Corcóstegui fue positivo para la entidad porque garantiza que no podrá trabajar para la competencia en un mínimo de 10 años y que todo esto fue aprobado por unanimidad por el Consejo de Administración del SCH de febrro de 2002.

La Audiencia Nacional mantiene abierta una investigación, en respuesta a la demanda de una accionista, sobre la posible incidencia negativa para los accionistas del SCH de la concesión de este tipo de indemnizaciones para ex directivos.