Según fuentes de la Consejería de Educación, las investigaciones iniciadas hoy van a girar en torno a la relación de José Antonio Viera en su etapa como responsable educativo en Sevilla con el empresario Manuel Perea Daza y la concesión de obras públicas en ese periodo.

José Antonio Viera y su esposa, Ana María Rodríguez, recibieron varios millones de pesetas que les fueron supuestamente ingresados en sus cuentas bancarias por parte de la empresa construcora Gonimar S.L., propiedad de Antonio Ordóñez y de Gumersindo García, socios de Manuel Perea Daza.

A esa empresa le fueron adjudicadas varias obras por parte de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía cuando José Antonio Viera ocupaba el cargo de delegado de Educación en Sevilla.

La empresa Gonimar construyó seis unidades del colegio público de San José de Palmete, de Sevilla, y las obras de restauración del Instituto de Formación profesional de la localidad sevillana de Carmona.

José Antonio Viera abandonó su cargo de delegado de Educación en Sevilla el pasado 8 de septiembre a petición propia. Anteriormente, había trabajado en la Viceconsejería de Educación y perteneció a la Ejecutiva provincial del PSOE en Sevilla, que abandonó el pasado mes de octubre al apoyar al sector renovador que perdió el último congreso socialista en Sevilla.