Los arrecifes consisten en unos bloques de hormigón, atravesados por vigas de hierro, cuyo peso ronda las dos ó tres toneladas, que provocarían la rotura de las artes de pesca si seutilizan en las zonas prohibidas.

La actual reglamentación de pesca habilita zonas de más de cincuenta metros de profundidad para la pesca de arrastre. A menores distancias, el ecosistema del fondo marino se ve seriamente perjudicado, tanto por la destrucción del placton como de las especies inmaduras.

Los arrecifes se arrojan al mar a una distancia de unos 30 metros de la línea de costa, y además de su función disuasoria de la pesca ilegal, están preparados para que los peces adultos puedan desoar en unas cabidades especiales creadas en el bloque de hormigón.

El presupuesto para la instalación de estas trabas supera los ciento cincuenta millones de pesetas, financiados en parte por la Comunidad Europea.