El pacto implica, además, la reducción de parcelas y l posible venta de algunos terrenos a los colonos que, en la actualidad, explotan las tierras en calidad de concesión, y para lo cual el Gobierno andaluz les concederá un préstamo de medio millón de pesetas por trabajador.

"De este modo", señaló Corominas, "los colonos se convertirán en propietarios de más de cinco héctareas de campo, cantidad que la Junta de Andalucía considera como máximo de tierra que puede explotar una familia".

En opinión de Juan Corominas, el acuerdo viene precedido por un aplio estudio elaborado por la Administración en el que, además de analizar las causas de fracaso de esta experiencia, ofrece soluciones para que, mediante la practica de una agricultura poco agresiva, de tipo biológico, puedan obtener una producción competitiva.

Estos agricultores solicitaban también ayudas de financiación y asesoramiento técnico a la Comunidad Europea (CE), para que haga posible la práctica de ese modelo de agricultura en todo el entorno de la reserva ecológica.

Para los colonos esta forma de cultivo es la única alternativa capaz de compatibilizar la conservación del parque con la existencia de regadíos establecidos en la zona, ya que, de ese modo, se reduciría considerablemente el consumo de agua.