Roberto Larrinaga fue el único de los doce acusados que prestaron hoy declaración que admitió su paricipación en la agresión. Explicó que oyó como llamaban al policía "zipayo", se acercó al tumultó y le dió una patada, sin saber por qué, y que luego se alejó muy asustado.

La nota grotesca de la vista la pusieron los familiares y amigos de los procesados que asistieron al juicio, que dejaron ver sus sonrisas y oir alguna que otra carcajada cada vez que se proyectaban las imágenes de la brutal palizada, grabada en video por la Ertzaintza.

Once de los doce acusados que hoy prestaron testimonio (elresto lo harán mañana) se negaron a responder a las preguntas relacionadas con las imágenes grabadas en video.

Las declaraciones del resto de acusados siguieron una misma linea argumental. Iñaki Lizundia, concejal por Herri Batasuna en el Ayuntamiento vizcaino de Ortuella, realizó su declaración íntegramente en euskera y afirmó que, aunque el 20 de agosto de 1993 estuvo en Bilbao disfrutando de las fiestas, no recordaba donde se encontraba cuando ocurrieron los hechos juzgados.

Otros acusados sól recordaron que habían visto "algo de follón" en el Arenal Bilbaino. Uno de ellos, Julián López Rodas, afirmó que se pasó los últimos cuatro días de las fiestas "borracho" y que no abandonó el recinto festivo ni siquiera para ducharse o afeitarse.