JUICIO ERTZAINA. EL ERTZAINA PERDONA LA INDEMNIZACION AL UNICO AGRESOR QUE RECONOCIO HABERLE PEGADO

MADRID
SERVIMEDIA

El agente de la Ertzaintza, Ander Susaeta, que fue brutalmente agredido por un grupo de jóvenes radicales el 20 de agosto de 1993, alabó hoy "vaentía" demostrada por Roberto Larrinaga, el único de los 17 procesados que admitió haberle golpeado, y anunció su intención de renunciar a reclamarle cualquier indemnización si es condenado por el tribunal.

Ander Susaeta anunció su intención en unas declaraciones realizadas a la Cadena Ser, después de comparecer como testigo de cargo en la vista oral, y no haber podido comunicar este deseo al tribunal por un defecto de forma.

"Muchos se preguntarán por qué hago esto", dijo Susaeta, "y es porque h visto que este señor ha tenido la suficiente sinceridad y valentía para reconocer ante el tribunal lo que ocurrió aquel día".

Roberto Larrinaga, que ha mostrado su arrepentimiento por lo sucedido, reconoció el pasado lunes ante el tribunal que había golpeado al agente. "Vi un barullo y escuché cómo le llamaban cipayo. Me acerqué, le dí una patada y luego me salí de allí. No sé por qué lo hice", dijo Larrinaga.

"NO SALGO VIVO"

Susaeta prestó declaración hoy como testigo de cargo y relató que el23 de agosto de 1993 había bajado a las fiestas de Bilbao con una cuadrilla de amigos para participar en un concurso gastronómico.

A preguntas de una de las defensas, Susaeta aseguró que aquel día estaba fuera de servicio, y que no portaba ni su arma ni la placa que le identifica como agente de la Ertzaintza.

Según su versión de lo sucedido, en un momento en que se encontraba solo, presenciando una competeción de deporte rural vasco, fue reconocido por un grupo de personas que primero le insultarn, llamándole "cipayo hijo de puta", y luego le dieron una paliza.

"Yo en eso momento pensé que no salía de allí vivo, que de allí me iba al cementerio, y más que la agresión física me dolía estar escuchando como mientras me pegaban decían que había que matarme", afirmó.

Otro agente de la Ertzainta, citado a declarar como testigo, y que ese día también se encontraba en la zona vestido de paisano y fuera de servicio, relató que vio a un grupo de gente que golpeaba a una persona, y que cuando se acrcó para recriminar a los agresores, uno de ellos le contestó que la persona agredida era "un cipayo y que había que matarlo".

En la sesión matinal prestaron declaración algunos de los agentes de la Ertzaintza que aquel día se encargaban, por orden de sus superiores, de grabar cualquier incidente que pudiera producirse en el recinto festivo, ya que la izquierda radical había convocado actos de protesta dentro de la llamada 'guerra de las banderas'.

(SERVIMEDIA)
16 Dic 1994
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