En declaraciones a Servimedia el portavoz de la OCU, José María Múgica, señaló que en la compra de los juguetes hay una responsabilidad absolutamente irrenunciable por parte del adulto, "porque está claro que el juguete que llega al niño siempre pasa por las manos del adulto".

"Es farisaico hacer recaer toda la responsabilidad en las campañas publicitarias o pretender que otros me quiten de en medio aquello que yo, por mi irresponsabilidad, no soycapaz de eliminar del entorno de mi hijo", señaló.

Múgica explicó que, como organización de consumidores, la OCU sólo actúa sobre los aspectos de seguridad, de publicidad o de precios, "y desde ese punto de vista", aclaró, "no podemos atajar la venta de los juguetes violentos o que nos puedan paracer repugnantes o de un pésimo gusto".

Juguetes como el "Violator" o la "Unidad de Tortura", explicó Múgica, están en el mercado, "y no podemos ir contra ellos basándonos en elementos de tipo legal".

El portavoz de la OCU concluyó que si a todos los padres les repugnara tanto el "Violator", ese juguete ni se publicitaría ni se vendería, y simplemente desaparecería.