En declaraciones a los periodistas en la sede de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense, en San Lorenzo de El Escorial, Trillo dijo que "es un asunto de una complejidad enorme", porque "los escritos de las partes son de una amplitud grande", y, por lo tanto, es díficil poder estimar unos plazos concretos.

Aun así, el magistrado, que es precisamente presidente de la sala que lleva este asunto, se mostró convencido de que desde su tribunal se imprimirá "la máxima velocidad posible" al caso, si bien bromeó diciendo que "la velocidad de la justicia es distinta de la velocidad en la carretera".

Recordó que el Tribunal Supremo todavía no se ha pronunciado sobre el fondo del asunto y señaló que lo que se ha hecho es, tan solo, adoptar "una medida cautelar que no implica un pronunciamiento" definitivo.

COLAPSO JUDICIAL

Por otro lado, el juez denunció que el contencioso- administrativo "está muy colapsado y es lento" y señaló que en la sala del Tribunal Supremo que él preside tienen miles de asuntos pendientes.

Para solventar esta situación, pidió que se reforme el Alto Tribunal, pero advirtió de que la idea de "la justicia del mazo" y de "llegar, ganar o perder" no es factible.

"A la justicia a veces es difícil darle velocidad. Cuando son casos muy complejos necesita tiempos muy largos, pero lo que hay que hacer es arbitrar medios y también técnicas, incluso procesales, para evitar que los asuntos se prolonguen tanto", añadió.