La sentencia judicial considera probado que los agentes, "tras cogerle por los brazos -al denunciante, Gustavo Roig- y empujarle de espaldas contra una pared, posteriormente le dieron la vuelta y le exigieron que se identificase, al tiempo que le insultaban diciéndole que era un hijo de pua, que le iban a machacar y le recriminaban haber insultado al alcalde".

Uno de los agentes, al requerirle el denunciante para que se identificara, esgrimió su placa haciendo ademán de pegarle con ella en la cabeza. Los agentes, que vestían de paisano, depusieron su actitud amenazante después de que varias personas salieran de un bar cercano alertadas por el alboroto que había montado.

Por estos hechos, la magistrada impone una multa de 90 euros a cada uno de los policías, además de condenarles a pago de la mitad de las costas procesales causadas por el juicio de faltas seguido contra ellos.

A juicio de la magistrada, "los hechos, sin ser graves, si, en cambio, son merecedores de un reproche penal más fuerte que la que corresponde a la pena mínima", según el texto del fallo judicial, facilitado hoy por el denunciante.