Según la sentencia, en el juicio quedó probado que el entorno en el que creció el acusado, nacido en Madrid en 1971 en el seno de una familia numerosa, rodeado de graves problemas y violencia, influyó sobre él provocándole la necesidad de alejarse de "toda forma de violencia y recurso a las armas".

Según el sacerdote Enrique de Castro, el criminólogo Segoviael propio hermano del acusado, Modesto Fernández, nació y creció en un ambiente "muy cargado de valores violentos" y que, "a través del tiempo llegó a conclusiones incompatibles con las referencias que habían formado parte de su vida", ante lo cual, llegada la edad militar, Feliciano Fernández se integró "de forma natural" en el grupo de insumisos.

Asimismo, la sentencia reconoce que las convicciones del acusado se vertebran sobre la exclusión de toda forma de violencia y por la asunción de un pacifimo "casi absoluto rodeado de la reivindicación de los valores constitucionales (vida e integridad física, igualdad, solidaridad...)" que persiguen la paz.

"Debo destacar", añade el juez en el fallo, "que el pacifismo y los valores constitucionales pertenecen, por derecho, al espacio de valores que el racionalismo democrático ha positivizado en todos los textos que abren el terreno de la convivencia y que declaran, como objetivo fundamental de las sociedades nacionales e internacionales, las consecució de la paz".