Calatayud, antes de ofrecer una ponencia en el marco de los cursos de verano de la Universidad Complutense, señaló que, cuando un menor comete un delito, la ley permite tomar "medidas aleccionadoras", y tener una mayor "flexibilidad", a la hora de aplicar penas alternativas al ingreso en un centro de menores, sin perder la "rigurosidad".

El juez explicó el aumentó de la delincuencia juvenil por "el deficit familiar, los problemas en la escuela y la hipocresía en torno a los menores" que hay en España, pero, también, al hecho de que a los menores "se les habla sólo de derechos, pero no de los deberes porque nos da miedo poner límites a los chavales".

Una de las razones que, a su juicio, explican está actitud en la educación de los menores de edad es que hemos pasado de "una sociedad dictatorial al otro extremo", y, en cuanto a la formación de los hijos, "nos hemos relajado, hemos perdido ciertos valores y ha habido cambios en la estructura familiar".

"Tenemos una juventud muy buena, pero no son conscientes de sus deberes y son inmaduros, hay un exceso de protección y eso produce una juventud mucha más inmadura que antes y habría, incluso, que retrasar la mayoría de edad", añadió Calatayud.

En cuanto a la reforma de La Ley de penal del Menor, actualmente en tramitación en el Congreso, Calatayud criticó que no se haya hecho "una evalución seria de la efectividad de esta ley antes de empezar hacer reformas", evaluación que podría consistir, por ejemplo, en "saber cuántos chavales que han pasado por la justicia de menores han terminado en la justicia para adultos".

Por último, Calatayud subrayó que "el problema de las bandas juveniles hay que atajarlo de forma directa", para lo cual hace falta una labor "preventiva y de la Policía", porque, si no, aflorará "más violencia" y estaremos "empezando a notar problemas racistas".