Este manifiesto por la paz ha sido firmado por el rabino David Rosen, presidente internacional de la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz; el imán Moneir Mahmoud Aly El-Messery, del Centoro Cultural Islámico de Madrid, y Virgil Bercea, obispo greco-católico de Oraden (Rumanía).

El documento se solidariza con las víctimas y expresa su "firme condena de toda forma de violencia y terrorismo. El nombre de Dios es Paz, y quien utiliza el nombre de santo Dios para bendecir la guerra y el terrorismo maldice la causa por la que combate y se aleja de Dios".

Asimismo, expresa la voluntad de responder a la violencia "con las únicas armas del bien, a partir de la oración y la práctica de la misericordia". Además, consideran que el diálogo es el único camino que puede dar un futuro al mundo porque hace posible la convivencia.

"El diálogo no nos deja indefensos, sino que nos protege porque nos empuja a ver lo mejor que hay en el otro y fortalece lo mejor que hay en nosotros. El diálogo transforma al extraño en amigo y libera del demonio de la violencia", afirma el manifiesto.

Esta declaración también ha sido suscrita por familiares de las víctimas y supervivientes de la mayor masacre de la historia de España.