A través de un comunicado, Jucil señaló que la academia de Baeza ha obligado a los nuevos guardias a devolver los trajes de faena y los abrigos que han utilizado durante su formación, que serán reciclados para la próxima promoción. La asociación considera "inaceptable" que los nuevos agentes usen ropa de segunda mano.

El secretario de Comunicación de Jucil, Agustín Leal, explicó que durante buena parte de su formación, muchos de estos agentes tuvieron que estar sin uniforme, utilizando ropa de paisano o, en el mejor de los casos, un chándal y tres camisetas para toda una semana de trabajo.

Leal calificó esta situación de "humillante" y denunció una "preocupante falta de previsión" por parte de las autoridades competentes. Además, señaló que los guardias en prácticas sólo contarán con un compañero profesional cuando salgan a patrullar, en lugar de dos como sería lo adecuado para alguien en periodo de aprendizaje.

CHALECOS INADECUADOS

La asociación también denunció que algunos de estos guardias civiles han recibido chalecos antibalas que no se ajustan a su talla. "Un chaleco antibala mal ajustado es un chaleco que no ofrece una protección adecuada", advirtió Leal, quien añadió que esto puede dificultar el uso del arma o la defensa extensible.

"La sociedad española no debe permitir que se juegue con la seguridad de quienes están formándose para protegernos", subrayó el representante de Jucil, que exigió a la Administración "soluciones inmediatas para corregir esos errores".

Jucil criticó que, pese a la presentación mediática que harán muchos subdelegados del Gobierno presentando esta llegada de nuevos compañeros como un refuerzo, la realidad es que su incorporación "muestra el abandono que sufrimos los guardias civiles por parte de la Administración".