El estudio asegura que el gasto por anciano es siete veces superior al de un persona activa y llega a suponer el 40 por ciento de todas las recetas prescritas por los médicos de la Seguridad Social.

El ministerio pretende racionalizar el consumo farmacéutico de estas personas, que acuden a varios especialistas a la vez, toman varios medicamentos al mismo tiempo, abandonan los tratamientos y les falta información y educación sobre el uso adecuado de estos productos.

También está estudiando la posibilidad de crear programas específicos dirigidos a mejorar la atención de uncolectivo con necesidades peculiares y diferentes al resto de la población, en el ámbito hospitalario y ambulatorio.

La Primera Conferencia Internacional de Armonización de Políticas Farmacéuticas ha recomendado a los estados de la CE que incluyan pruebas específicas de ancianos en los ensayos clínicos previos a la aprobación de nuevos fármacos.

CONTROL DEL FRAUDE

Estas medidas de control del consumo farmacéutico también persiguen acabar con el fraude por la utilización indebida de las recetas e pensionistas, que asciende, según el ministerio, a unos 50.000 millones de pesetas.

Los responsables ministeriales niegan que las prestaciones farmacéuticas puedan ser recortadas en un futuro, aunque sí se introducirán algunas medidas que racionalicen el consumo de medicamentos.

Para conseguir una concienciación del colectivo médico y de los propios ancianos, el ministerio pondrá en marcha una campaña de información e incrementará las inspecciones y el control de las recetas.