En su opinión, el periodismo que se practica actualmente en nuestro país "está hecho de retruécanos, columnitas, negritas, adjetivos, pequeñas trampas y trucos que nadie entinde; no está hecho a base de información".

Señaló, sin embargo, que tenemos profesionales magníficos, pero que debería darse más oportunidades a las nuevas generaciones de periodistas, porque los que están ahora bien situados forman un tapón en los medios de comunicación que impide la incorporación de los más jóvenes.

Acerca del compromiso político de los periodistas, opinó que se trata de un derecho constitucional, pero que debe ejercerse con absoluta transparencia. "No respeto la falta de transarencia por parte de aquellas empresas o de aquellos comunicadores que, sirviendo a intereses políticos, económicos o personales, no lo confiesan y no son honestos ante sus lectores y oyentes", indicó.

Reconoció que la concentración de medios de comunicación puede hacer peligrar la pluralidad de opiniones, pero observó que revistas como "The Economist" o periódicos como el "New York Times", que pertenecen a grandes grupos empresariales, no han perdido por ello su independencia, mientras que muchos peqeños periódicos se ven sometidos a una férrea censura, incluso desde sus propias empresas.

En cuanto a la conveniencia de crear un codigo deontológico de la profesión, insistió en la necesidad de tener "un sistema de autorregulación en el que los periodistas supiéramos condenar y criticar excesos, abusos y delitos que se cometan en nombre de la libertad de expresión, sin tener nada que ver con ella".