El hermano del vicesecretario general del PSOE llegó a las dependencias de la sala tercera de lo penal de la Audiencia Provincial de Sevilla quince minutos antes de la hora oficial del inicio de la vista, que, a su vez, comenzó con un cuarto de hora de retraso.

A diferencia del anterior juicio, en esta ocasión la expectación despertada no obligó más que a una reducida y disreta presencia de seis miembros de antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía.

Sin embargo, cuando entró en la sala tercera de lo penal, Juan Guerra sufrió el acoso de periodistas y fotógrafos que no pudieron acceder al interior de la sala por expresa prohibición del presidente del tribunal, Agustín del Rio.

Uno por uno, los veinte periodistas acreditados para realizar el seguimiento del juicio fueron llamados por sus nombres y apellidos. Bolígrafo y papel fue el único material con que se permtió a los periodistas acceder a la sala.

A pesar del carácter público de la audiencia, poco más de veinte personas ocuparon los asientos reservados para el público. También faltaron, a diferencia del juicio anterior, dos personas que solían acompañar a Juan Guerra: su hermano Antonio y el empresario jerezano José María Ruiz Mateos.

El juez interrumpió una vez la lectura de los hechos para pedir a los acusados y periodistas que guardaran silencio, lectura que los acusados escucharon inmóviles.

Juan Guerra, de traje azul marino y con aspecto relajado, apenas cambió de postura durante la vista. Sentado en el centro del primero de los dos bancos de los acusados, Guerra permanecía hierático, sin siquiera mirar a sus compañeros de banquillo.

La disposición de los imputados en el primer banco era, de derecha a izquierda, la siguiente: el alcalde de Alcala de Guadaira, Manuel Hermosín; los socios de Juan Guerra Manuel Macías y Juan José Arenas; el hermano del ex vicepresidente del Gobierno, el aruitecto municipal Ernesto Ollero y los responsables de Ensidesa Francisco Llorente y Fernando Castro.

En el segundo banco estuvieron sentados los concejales del ayuntamiento de Alcala de Guadaira Emilio Nieto y José Antonio Martín, junto con el delegado de urbanismo de dicho municipio, Bernabé Sánchez.