Los expertos de la JP Morgan señalan que la persistente ralentización del consumo va a empezar a deprimir el crecimiento a partir de la mitad de este año, lo que impedirá alcanzar el 3,4 por cien de crecimiento que habían estimado en su boetín de marzo y abril.

No obstante, la JP Morgan cree que la bajada del consumo "no debería durar mucho", entre otras cosas porque "el desempleo ha estado disminuyendo con sorprendente rapidez", y porque "un mercado de trabajo más animado debería generar pronto confianza e ingresos".

Por otra parte, los expertos de esta entidad sostienen que los precios crecerán este año un 5,3 por ciento y destacaban que con un crecimiento superior al previsto y una inflación también más elevada del objetivo "unaumento de los tipos oficiales de interés es probable antes del verano", un pronóstico que se vio confirmado ayer.

La JP Morgan cree, no obstante, que dado el crecimiento de la inversión y de las exportaciones, el PIB podría volver a acelerarse en el último trimestre del año y permitir un crecimiento del 3,2 por cien en 1996, dos décimas por encima del que prevé para este año.

Uno de los elementos más positivos del análisis de la JP Morgan es su previsión sobre la inversión en equipos, para la qu estima un aumento del 12,4 por cien, que constrata con el modesto 2,4 por cien calculado para el incremento del consumo privado.

Por lo que se refiere a las cuentas exteriores, estiman que la balanza comercial arrojará este año un déficit de 2.342.000 millones de pesetas y que la balanza por cuenta corriente registrará un saldo negativo de 117.000 millones, equivalente al 0,2 por cien del PIB.

El déficit público ascenderá este ejercicio a 4.449.000 millones de pesetas, el 6,4 por ciento del PIB,y el esfuerzo de contención realizado por las administraciones permitirá rebajarlo al 6,1 por cien en 1996, según la JP Morgan, muy lejos del objetivo del Gobierno para el año que viene, del 4,4 por cien.

El paro, pese a la mejoría del empleo, no registrará una significativa disminución, debido a la incorporación de nuevos efectivos al mercado laboral y sólo pasará del 23,5 al 22,3 por cien de la población activa entre 1995 y 1996.