De los 79 autobuses que integran su parque móvil, 56 (el 70 por ciento) sufrieron distintos daños materiales. En concreto, 16 (el 20 por ciento) fueron incendiados y otros 40 (l 50 por ciento) sufrieron rotura de cristales, entre otros daños.

Los numerosos ataques cometidos este año por jóvenes radicales, además de las citadas pérdidas económicas han repercutido en la calidad del servicio que presta esta compañía, cuyo comité de empresa protagonizó diferentes actos de protesta para reclamar mayores medidas de seguridad.

Según los trabajadores, son ellos los que acaban pagando el malestar de los usuarios de autobuses urbanos, que, según fuentes del comité, en algunos caos han descargado su mal humor contra los conductores debido a las largas esperas que a veces tienen que soportar ante la reducción del número de autobuses.

Fuentes de la compañía señalaron a esta agencia que el Gobierno vasco está estudiando adoptar medidas de protección en las cabinas de los conductores de los autobuses de las distintas empresas de transporte público del País Vasco.