Tras una llamada ala Policía Nacional, los agentes comprobaron que en la cama de una habitación se encontraba un cadáver que presentaba tres impactos de bala, en la zona del corazón, en el talón del pie derecho y en la mano derecha.

Posteriormente, el otro hijo del fallecido manifestó a los policías que su hermano le amenazó con la escopeta, le ató los pies y le trasladó a una caseta situada en las proximidades de la finca.

El juzgado de guardia es el encargado de instruir las diligencias correspondientes para escarecer las circunstancias del suceso. Según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, el presunto parricida ha estado anteriormente en tratamiento psiquiátrico.