El joven, natural del municipio de uía, se trasladó hasta el puente, el más alto de España, en motocicleta y, tras aparcarla junto a una de las barandillas, saltó al vacío. Según sus familiares, el muchacho no tenía motivos para suicidarse. Una señora que vio cómo saltaba fue la que dio la señal de alarma.

El cuerpo de Rubén Carlos C. fue encontrado 125 metros más abajo del lugar desde donde saltó, sobre unos matorrales. Se da la circustancia de que hace un año un primo hermano suyo también se suicidó arrojándose desde el puente de Sila.

Este puente ha sido escogido desde su inauguración por personas que se quieren suicidar en la isla. El Gobierno de Canarias incluso ha vallado la zona de forma especial para evitar que se produzcan intentos de suicidio, pero las últimas muertes, como la de los jóvenes Himar y Chaxiraxi, demuestran que no se han conseguido los resultados deseados.

Las autoridades estudian reforzar las medidas de seguridad activa para evitar que el puente de Silva sea lugar de peregrinación de todos aquellos quequieren lograr una muerte segura emulando la forma de suicidio de los antiguos guanches: arrojarse al abismo.