Alonso subrayó que la muerte de Prat, que ocupaba la presidencia del Ateneo de Madrid, "es una pérdida lamentable", ya que era una persona dipuesta ayudar a todo el mundo, "con una gran vocación humanista y un espíritu de trabajo admirabl".

"Su labor en el Ateneo de Madrid fue admirable. Hasta el último momento desarrolló un clima de conciliación y entendimiento entre todas las tendencias de la casa, como prueba la restauración de las famosas terturlias de la 'Cacharrería'. Además, su mayor inquietud fue la de recaudar fondos para sanear las finanzas y reformar el Ateno", explicó.

Respecto a su actividad política, Alonso Rodríguez indicó que sería muy fácil considerarle como un referente histórico ahora que se cuestiona la ética el PSOE y añadió que hay que recordale como "un hombre bueno, desprendido, con una trayectoria muy positiva".

"En su última etapa como político fue una persona que no tenía actividad orgánica del partido, sino más bien institucional, de moderación entre las distintas tendencias del partido socialista", matizó.

José Prat fue senador entre 1979 a 1993, además de diputado de la II República y subsecretario del Consejero de Estado en el último Gobierno republicano. Desde 1987 era presidente del Atene de Madrid y de la Fundación Largo Caballero.