En una entrevista que publica la revista "Elle", Bono mira hacia atrás con mal sabor de boca por este motivo y asegura: "Durante muchos años, he antepuesto, sin tener una plena conciencia de ello, el trabajo político a mi familia. Apenas tenía tiempo suficiente para disfrutar de mis hijos. Ese fue un error que no tiene arreglo. Ahora ya, con 57 años, mi energía estará canalizada de distinta forma de lo que estuvo en el pasado".

Bono señala que forma, con su mujer, Ana, "una pareja muy independiente". "Durante los últimos dos años yo me he implicado más en la casa y en la atención de mi pequeña. En el jardín y en la cocina me basto, pero la lavadora y la plancha se me resisten".

El ex ministro de Defensa se declara "el mismo dentro y fuera de casa". "Soy un padrazo", dice, "a mis hijos les doy alas, pero incluso cuando están lejos presienten mi sombra".

A su mujer la define como "la reserva de confianza" y "cerca o en la distancia, en persona o por teléfono, solos o con niños, alegres o enfadados, ella es mi referencia más cercana".

Bono confiesa que su debilidad son los dulces y el pequeño placer de madrugar, "ponerme ropa y calzado cómodos y salir a ver amanecer desde el pico de Almenara".

Sobre la vestimenta, el presidente de la Cámara Baja revela que casi siempre él es quien elige la ropa que usa, con el apoyo de su mujer y sus hijos. "Los trajes me los hace Fuentecapala, y mi amigo Paco Vergas elige las telas. Las camisas son de Titto Bluni y los zapatos de Lorens de Almansa. Pero no soy esclavo de ninguna carta, aunque sí un habitual de El Corte Inglés".