"La pela es la pela, primero el dinero y más tarde el orgullo de ser español", insiste Puig a cuento del anuncio que Gasol grabó para una marca de ropa y en el que aboga por trabajar para el reconocimiento de España en el exterior.

Asegura Puig que profesionales de la publicidad valoran en un mínimo de 500.000 dólares lo cobrado por Gasol por resaltar el orgullo de ser español, "prueba evidente de que primero es la pela, que España".

"Pero tranquilos, en las últimas olimpiadas en las que participó la ex Yugoslavia todo el país celebró entusiásticamente sus éxitos, y pocos meses después todos eran eslovenos, bosnios, croatas, montenegrinos, serbios o incluso kosovares", subraya Puig.

Una vez acabados los Juegos, Puig asegura que la selección de baloncesto protagonizó "un gran partido" contra Estados Unidos, que tuvo que "esforzarse para ganar".

"Me han sobrado los comentarios de los periodistas que retransmiten los Juegos, fuera de lugar, de una agresividad extrema y con una exacerbación del nacionalismo español más retrógrado", añade.

Denuncia que a su selección, la catalana, "no la dejan jugar (España secuestra a nuestros jugadores para ganar medallas, secuestro económico)" y por eso ve los Juegos simplemente como una persona a la que le gusta el deporte.

"Puedo decir claramente que el día que tengamos la selección reconocida, estoy seguro de que no haremos como España. Con su lema 'a por ellos' vuelven a sus raíces y les sale aquel espíritu guerrero e invasor (el de las matanzas coloniales) que, dicen, les dio años de gloria", añade.

Concluye Puig que "la debilidad de España se demuestra con las actitudes racistas, el COE ha dado instrucciones claras de no utilización de símbolos catalanes ni vascos de los atletas (confirmado por gente catalana de la delegación en Pekín)".

Recuerda que en Barcelona 92 los atletas catalanes celebraban las victorias con "senyeras" y 17 años después "el colonialismo español las ha prohibido bajo amenaza de retirar las becas a los deportistas".

"Y esta es mi crítica a la falta de valentía de los atletas catalanes (claves en la mayoría de medallas) la falta de compromiso con su país. Ni un detalle, ni una sonrisa por Cataluña, hace falta valentía, hace falta compromiso, una cosa es jugar y otra es colaborar con quien a la vez prohíbe que tu país pueda participar", finaliza.