Los restantes grupos parlamentarios votaron a sus propios candidatos y así Pedro Agramunt, del Partido Popular, logró 31 votos; Héctor Villalba, de Unión Valenciana, 7; y el candidato de Izquierda Unida, Albert Taberner, 6.

El discurso de investidura de Lerma tuvo un marcado acento eonómico, en el que el presidente de la Generalitat dejó entrever algunas discrepancias con el pacto de competitividad que propugna el ministro Carlos Solchaga.

Para Lerma, el pacto no sólo se ha de basar en la moderación salarial, sino que tiene que suponer un esfuerzo global de todos los agentes que intervienen en la economía.

Tras expresar su deseo de hacer de la Comunidad valenciana una de las regiones más desarrolladas de Europa, Lerma afirmó: "nuestra competitividad no puede seguir basándoseen el diferencial de costes salariales. Hay que plantear un cambio fundamental en nuestro modelo de crecimiento".

El presidente de la Generalitat, que no tiene previsto realizar grandes cambios en su gabinete, advirtió a los empresarios que el 31 de diciembre de 1992 tendrán que haberse adaptado a la legislación europea en materia de medio ambiente y moverse en un mercado amplio y competitivo.