Según informaron hoy a Servimedia fuentes de UGT, la mayoría de las federaciones dará previsiblemente su respaldo a la candidatura encabezada por el gallego Jesús Ramón Copa, responsable de Política Educativa en la anterior Ejecutiva.

El congreso elegirá una dirección más reducida. Pasará de una quincena de miembros a unos diez, desaparecerá el cargo de presidente y su configuación se asemejará más a la de la dirección confederal del sindicato.

La crisis en FETE-UGT estalló el pasado 3 de febrero, al descubrirse la existencia de presuntas irregularidades en la gestión administrativa de la federación, basadas, sobre todo, en una financiación incorrecta a las organizaciones territoriales y en el retraso en el pago de diversos créditos.

Mientras algunos dirigentes elevaron entonces los desajustes contables detectados a unos 700 millones de pesetas, el secretario de Adminstración, Luis Beamonte, los rebajó a no más de 300 y achacó los problemas a los importantes gastos habidos en las últimas elecciones sindicales.

La mayoría de miembros de la Ejecutiva decidieron presentar su renuncia al cargo, tras exigir en vano la dimisión al secretario general, Rafael Jerez, por su responsabilidad en el trabajo del área administrativa.

A continuación, se formó una comisión gestora presidida por el dirigente andaluz Eduardo Bohórquez, que se encargó de realizar, junto al Comit Confederal, una auditoría que aclarara las irregularidades.

Los 200 delegados que asistirán mañana en Madrid al congreso extraordinario conocerán esa auditoría, que ratifica, a grandes rasgos, las sospechas que destaparon el conflicto.

Los nuevos dirigentes mantendrán con toda probabilidad su decisión de no acudir a los tribunales, ya que opinan que ha habido una "muy mala gestión" que ha ocasionado problemas financieros internos, pero no "apropiación indebida" de dinero, señalaron los interlocuores consultados.