Durantela presentación, Ferrero tuvo la ocasión de comunicar al público reunido algunos tópicos de la tradición literaria española que asegura "detestar profundamente".

El autor, que tiene publicadas más de ocho novelas, varios libros de poemas y uno de diálogos, arremetió contra el amiguismo y puso como ejemplo a algunos medios de prensa que, en su opinión, tutelan a una serie de escritores.

Ferrero también se refirió al arribismo de muchos intelectuales, preocupados por estar cerca del poder y por el xotismo, tan de moda pero, a su juicio, mal entendido.

El autor de "Alix, el salvaje" se definió contra el localismo de aquéllos que defienden el castellano viejo y, por el contrario, defendió el idioma español, enriquecido en este siglo por algunos autores iberoaméricanos, entre los que nombró a Bryce Echenique.

Ferrero también arremetió contra los que piensan que el escritor no debe ganar dinero porque no es el fin de la literatura y reivindicó unos ingresos mínimos para los autores de 500.000 esetas al año.

Finalmente, Jesús Ferrero defendió al escritor desenraizado y puso como ejemplo a Jorge Luis Borges.