Lobov, uno de los militares que se opuso al golpe de Estado del pasado 19 de agosto contra Mijail Gorbachov, no sólo asistirá a las reuniones que durante cinco días celebrará una alianza que hasta hace escasos meses era "enemiga", sino que tratará con sus integrantes la reorganización del Ejército soviético, según figura en el programa de la asamblea.

Además, compartirá foro con los representantes de las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, que acuden a la reunión de Marid en calidad de observadores después de haberse independizado recientemente de la URSS.

El jefe del Estado Mayor soviético expondrá sus planes para después de la "guerra fría" a los miembros de la Comisión de Defensa y Seguridad, una de las cinco que tiene el máximo órgano de la OTAN. Las otras cuatro son Asuntos Civiles, Política, Economía y Científico-Técnica.

Todas ellas elaborarán durante hoy y mañana desde propuestas estratégicas hasta el propio presupuesto de la asamblea, documentos que srán debatidos en el plenario de la OTAN, que abrirá sus sesiones el próximo lunes con la inauguración oficial a cargo del presidente del Gobierno, Felipe González.

La intervención de González se producirá ante los 200 parlamentarios que componen la asamblea en representación de los 16 Estados que son miembros de pleno derecho de la OTAN.

Su discurso es esperado con "sumo interés" en el seno de la asamblea, según reconoció ayer el secretario general de la asamblea, Peter Courterier, pues se cree qe González fijará la postura oficial española después de los sucesos ocurridos en el este de Europa.

LA "SOMBRA" FRANCO-GERMANA

A los problemas derivados de la puesta en cuestión de la OTAN (algunos de sus 16 Estados creen que, una vez desaparecido el Pacto de Varsovia, ésta se ha quedado sin "enemigo"), se ha venido a sumar la creación del cuerpo de ejército franco-alemán con 50.000 soldados, que pretenden sea el embrión del ejército europeo.

Inmediatamente se han desatado los recelos de los d Estados Unidos y de su más firme aliado dentro de la alianza, Gran Bretaña, porque temen que el crecimiento de esa fuerza vaya debilitando poco a poco el papel del organismo atlántico. Por contra, países como España no sólo han expresado su "satisfacción", sino que quieren formar parte de ese organismo.

El argumento de estos últimos incide en la necesidad que existe de dar un impulso definitivo a la unión política y monetaria de los Doce, paralizada por el "impasse" que ha supuesto lo ocurrido en lospaíses del Este y por el deseo de estos de participar en la OTAN y en una Comunidad Económica Europea ampliada.

El secretario general de la asamblea de la OTAN se refirió ayer a este extremo advirtiendo que los acontecimientos que ha vivido el continente se han sucedido de forma demasiado rápida y que ni ahora ni en los próximos dos años será posible que la URSS y otros países del Este sean miembros de pleno derecho.