Después de la publicación de "El río de la desolación. Un viaje por el Amazonas" y la antología poética "Trazas de polizón", Reverte vuelve a Africa, su continente predilecto, para describir la realidad del pueblo saharaui y de una "generación perdida", en palabras del escritor, "que vive con frustración y desánimo en los campamentos de refugiados y que no quiere vivir de la limosna y de la ayuda internacional".

En una rueda de prensa para presentar el libro, el autor de "Vagabundo en Africa" y "Billete de ida" explicó que hace dos años se trasladó a Sidi Ifni y El Aiún, acompañado de su mujer, para conocer de cerca un escenario "de imaginación, de ensoñaciones, de camellos y de tormentas de arena", muchas veces recreado en su infancia por los testimonios de un tío suyo que fue teniente del Ejército y que estuvo destinado en la ex colonia española.

Con el material reunido en el viaje, Reverte optó por escribir una novela en vez de un libro de viajes. "La ficción", subrayó, "era la mejor manera de acercarme a la verdad y de expresar las emociones que yo había sentido en ese viaje".

CLAROSCUROS

Reverte puso de relieve que valores como la amistad, la cobardía, los sueños rotos, la solidaridad o la traición conforman su universo literario y están presentes en su última novela. "La literatura manifiesta la perplejidad de los seres humanos. Vivimos en un mundo de claroscuros, llenos de esperanzas y frustraciones, y de eso hablo yo en mis libros, de las cosas eternas que caminan con nosotros a lo largo de nuestras vidas".

Tras definirse como un militante convencido de la causa saharaui, Reverte indicó que el papel jugado por España en la descolonización fue "una vergüenza histórica y absoluta". Igualmente, criticó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por mostrar una actitud "muy ética" en asuntos como el de Irak, "cuando esa misma ética no la muestra al lado de su casa".

Con todo, Reverte quiso dejar claro que, a pesar de que en sus libros siempre se muestra a favor de los miserables y de los "parias de la tierra", en "El médico de Ifni" no ha manejado la historia con argumentos políticos.

"No he hecho una novela militante, incluso planteo claroscuros sobre la actuación de los saharauis. Hablo de la desilusión y el desánimo de la gente de los campamentos, que viven con frustración y que ya no gritan tanto aquel lema de ¡Venceremos!", concluyó.