"El grado de tensión alcanzado y la utilización de un lenguaje teñido de intencionalidad descalificadora y agresiva, junto a las acciones y actitudes mutuamente excluyentes, son impropias e inadecuadas en una cultura sindical democrática y resutan desconcertantes para los trabajadores y la opinión pública", agregó.

A su juicio, "todo ello está provocando, de entrada, que organismos e instituciones fundamentales para el diálogo y la articulación del entramado socio-laboral de nuestro país estén en estos momentos colapsados".

Para Jáuregui, la fractura abierta entre las organizaciones sindicales vascas "se está convirtiendo en una obstáculo insalvable que impide el diálogo social y hace imposibles los acuerdos necesarios para articular l respuesta a los grandes retos socioeconómicos que tiene la sociedad vasca".

En su opinión, es urgente apaciguar la situación, por lo que se ofreció a mediar y anunció que desde el departamento de Trabajo "no se van a escatimar esfuerzos y se van a desarrollar contactos permanentes con las organizaciones sindicales".