Según José Manuel Conde, experto del CSN en ingeniería nuclear, un accidente de estas características sólo es posible si se trabaja con elementos fisionables en estado líquido, algo que no ocurre en España, ya que el combustible de las centrales nucleares se encuentra en estado sólido y ninguna otra instalación trabaja con estos materiales en estado líquido.

Conde reconoció que el suceso estuvo motivado por un error humano y asguró que, además, los operarios japoneses que experimentaban con uranio altamente enriquecido incumplieron las instrucciones de seguridad.

El experto del CSN reconoció la gravedad de que este incumplimiento se produzca en un país con una gran experiencia en materia nuclear, como Japón, pero aseguró que "un accidente de estas características es algo excepcional".

Respecto a la gravedad del suceso, señaló que la cantidad de radiactividad emitida al exterior de la instalación se desconoce con exactiud, "aunque no puede ser excesiva porque se trabajaba con 16 kilos de uranio, cuando un elemento combustible de una central contiene 20 kilos y una central media opera con 157 elementos combustibles".

Sin embargo, indicó que, además del uranio, se emitieron otros isótopos incluso más nocivos que se generan en el proceso de fisión, entre ellos algunos de cesio y plutonio.

No obstante, se mostró convencido de que el nivel de radiactividad no será lo suficientemente alto como para que afecte en los róximos días y semanas a otros países.