El curling en silla de ruedas es un deporte paralímpico de precisión que se juega por equipos sobre una pista de hielo. Lo pueden practicar hombres y mujeres cuya discapacidad afecte a las piernas de manera permanente.

La actividad tendrá lugar en el Pabellón de Hielo de Jaca y constará de un bloque teórico y otro práctico. Los gastos de desplazamiento, alojamiento y manutención correrán a cargo de la Rfedh. Para poder participar es necesario inscribirse antes del próximo 2 de diciembre.

El curling en silla de ruedas es una disciplina similar a la petanca que se practica sobre hielo, con dos combinados mixtos de cuatro deportistas. En el terreno de juego hay dos círculos concéntricos de diferentes colores, situados a 45,5 metros de la zona de lanzamiento. Tras haber tirado 16 piedras de granito (ocho por equipo), gana quien haya logrado colocar una de las piedras lo más cerca posible del centro o 'tee'. Está permitido sacar las piedras del adversario de su posición y proteger unas piedras con otras.

Los puntos se otorgan en función de la proximidad y del número de piedras situadas cerca de la diana. Por ejemplo, la piedra más próxima al 'tee' cuenta un punto; si la siguiente es del mismo equipo cuentan dos, y así hasta que la siguiente sea del contrario. De esta forma, siempre hay un combinado que termina a cero.

Las únicas variaciones respecto a las reglas olímpicas son la prohibición de barrer y la posibilidad de ayudarse de un ‘stick’ para realizar el lanzamiento. La inclusión del curling en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos de Invierno se produjo en Turín 2006.

Son elegibles para practicar este deporte las personas que tengan amputación, deficiencia congénita de extremidades (dismelia), lesión medular, distrofia muscular, síndrome postpolio, espina bífida, artrogriposis, contracturas articulares posteriores a inmovilizaciones crónicas, parálisis cerebral o daño cerebral adquirido.