El texto ha sido elaborado por la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (Coda) y la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat).

El diputado de IU Adolfo Luxán aseguró hoy en rueda de prensa que la propuesta cuenta con el apoyo del Grupo Socialista, ya que la coalición apoyará la ley de creación del Parque del Sureste que debe elaborar el PSOE.

Por su parte, Santiago Martín Barajas, portavoz de la Coda y Aedenat, resaltó el peligro de explotación urbanítica que amenaza a numerosas áreas de bosque mediterráneo de esta comunidad, y señaló que durante los últimos años han desaparecido más de 600 hectáreas.

La mayor parte de las zonas contempladas en la nueva ley están situadas en la parte oeste de la comunidad, lo que constituye, a juicio de los conservacionistas, un argumento más a favor de la norma, ya que, según Santiago Martín, el 90 por ciento de los días el viento en la capital sopla desde el oeste.

Los bosques mediterráneos de la región madileña constan, entre otras especies, de encinas, alcornoques, quejigos, arces moscones, piruétanos, enebros y sabinas.

Los matorrales constituyen tipos de vegetación antiguos que sustituyeron a los bosques, mientras que las dehesas son vestigios de antiguos usos silvopastorales.

La importante variedad de fauna que albergan estos espacios, en los que habitan el águila imperial, el conejo y el lince ibérico, hasta que desapareció de Madrid, demuestran el valor ecólogico de los mismos.

URBANIZACIO INDISCRIMINADA

Sin embargo, el portavoz de los ecologistas indicó que muchas de estas zonas son de propiedad privada, lo que, a su juicio, incrementa el riesgo de urbanización indiscriminada.

La ley contempla la creación de un patronato para gestionar estos espacios y declara a estos suelos como no urbanizables. Además, faculta a la Agencia de Medio Ambiente para declarar algunas áreas como de "máxima protección", en las cuales quedará prohibida la caza.

Los promotores de la iniciativa explcaron que pretenden potenciar las actividades ganaderas en estos ecosistemas y prohibir las extracciones de áridos.

No obstante, culpan del descenso de la diversidad biológica que han experimentado durante los últimos años algunas de estas zonas a la intensificación agrícola.