Alcázar resaltó que "una reforma fiscal sin una efectiva lucha contra el fraude podría suponer un retroceso recaudatorio añadido al provocado por las modificaciones fiscales realizadas por el anterior Gobierno del PP".

"La presentación del denominado Plan de Prevención contra el Fraude Fiscal largamente anunciado por el Gobierno ha tenido justo el efecto contrario a lo demandado inicialmente, al producir en los ciudadanos y en determinados sectores progresistas un sentimiento de frustración de expectativas", agregó.

A su juicio, "en la redacción del plan se han ido eliminado gran parte de aquellas medidas significativas para luchar contra las raíces del fraude, suavizándose al tiempo las disposiciones a adoptar".

"Esto pone de manifiesto quiénes son los verdaderos grupos de presión o de poder fáctico que pueden doblegar la voluntad de un Gobierno que muestra una falta de voluntad política y cierta cobardía a la hora de tomar las decisiones para erradicar la existencia de comportamientos fraudulentos con la Hacienda Pública", añadió.

Recordó que la reforma anunciada por el Ejecutivo "levantó el ánimo de aquellos contribuyentes que perciben que la carga tributaria recae básicamente sobre los rendimientos del trabajo asalariado y en la imposición indirecta, y que la equidad horizontal brilla por su ausencia", además de que "existe una gran bolsa de fraude fiscal".