En un desayuno con periodistas, Herrera presentó la propuesta de IU-ICV para que el cierre de todas las centrales sea una realidad en 2018.

La propuesta del grupo verde se basa en estudios que apuntan que las centrales nucleares se amortizan a los 25 años y que el 70% de los ingresos generados por estas instalaciones hasta ese momento se destina precisamente a su amortización.

Según IU-ICV, una vez cumplidos estos 25 años, este 70% de ingresos, unos 1.500 millones de euros anuales, deberían destinarse a medidas y proyectos orientados al fomento de las energías renovables, y al ahorro y la eficiencia energética.

La propuesta del grupo verde contempla que las centrales sigan funcionando durante cinco años tras haber sido amortizadas.También prevé que, en ese período, los ingresos previstos para su amortización se destinen a medidas que reduzcan el impacto del cierre en el suministro de la región.

Concretamente, Herrera detalló que un 50% de este dinero se destinaría a las energías renovables y al ahorro energético, un 15% a la gestión de las centrales, un 20% a la seguridad y otro 15% al impulso de la actividad económica y empresarial en las zonas donde se ubican estas instalaciones.

Las primeras centrales en cerrarse serían, según esta propuesta, las de Garoña y Vandellós, "con problemas de abastecimiento y seguridad que aconsejan que dejen de funcionar lo más rápidamente posible", Según Herrera.