"La idea es buena" dijo Marset a Servimedia. "Lo que pasa es que esto sólo tiene sentido si ha habido una gestión previa tanto con Estados Unidos como con la Unión Europea, aparte del conjunto de países afectados, con la Liga Arabe, porque si no, no pasa de ser un brindis al sol".

Añadió que, si bien es cierto que el proceso de paz en Oriente Medio s inició en Madrid durante el gobierno de Felipe González, es sorprendente esta preocupación del Ejecutivo de Aznar por Israel y Palestina y la dejadez mostrada, en cambio, hacia el caso del pueblo saharaui, donde España tiene una responsabilidad directa.

"Querer compararse ahora con una especie de suplente de Clinton, tras el fracaso de Camp David, me da miedo que sea ridículo", subrayó el dirigente de IU, quien se mostró escéptico sobre la celebración de esta cumbre porque teme que esté "poco amarrda".