En un informe titulado "Fomentando el conflicto entre Israel y Gaza", AI afirmó que tanto Israel como Hamás usaron armas proporcionadas desde otros países para llevar a cabo ataques contra civiles.

La presidenta de la delegación de AI que visitó la zona para realizar esta investigación, Donatella Rovera, aseguró que "las fuerzas israelíes emplearon fósforo blanco y otras armas suministradas por Estados Unidos para cometer crímenes de guerra y otras violaciones graves del derecho internacional humanitario".

Rovera añadió que "cientos de niños, entre otros civiles, perdieron la vida como consecuencia de los ataques, que también causaron la destrucción masiva de viviendas e infraestructuras".

Al mismo tiempo, subrayó que "Hamás y otros grupos armados palestinos dispararon cientos de cohetes introducidos de contrabando o fabricados en zonas civiles de Israel con piezas procedentes del extranjero", los cuales mataron "varios civiles y también constituyen un crimen de guerra".

Esta ONG destaca que, al término de los enfrentamientos armados, encontró en Gaza múltiples fragmentos y piezas de municiones empleadas por el Ejército israelí (muchas de ellas de fabricación estadounidense) esparcidas por patios de colegio, hospitales y viviendas de civiles.

Entre los restos hallados por AI había carcasas de piezas de artillería y tanques, alerones de mortero y piezas de misiles Hellfire, otros misiles aerotransportados y grandes bombas liberadas por F-16, así como fragmentos de fósforo blanco, sumamente incendiario, todavía en llamas.

En el sur de Israel, AI pudo ver también los restos de cohetes Qassam, Grad y otra munición de efectos indiscriminados disparada por Hamás y otros grupos armados palestinos contra zonas civiles, armas introducidas clandestinamente de contrabando en Gaza o construidas allí con componentes introducidos en secreto del extranjero.

El informe de Amnistía Internacional enumera todos los países que han exportado armas a Israel en los últimos años, incluido España. Así, entre 2004 y 2007 las ventas españolas de material de defensa superaron los 2,2 millones de euros, situándose como octavo exportador mundial de armas a este país.