"En Nochebuena", señala la joven, "como n años anteriores nos reuniremos en casa toda la familia y amigos. Cenamos y cantamos villancicos con pandereta y todo. Es una juerga que dura hasta tarde. Por eso luego me paso el día de Navidad durmiendo".

La joven, grevemente herida junto a su madre en una atentado en Madrid cometido por ETA en 1991, tiene muchas ganas de vivir. "Lo cierto", explica, "es que nadie debe dejar de hacer las cosas q ue le apetezcan, no hay que quedarse con las ganas o lamentarse porque tu situación te impide hacerlo. Tdos podemos lograrlo si lo intentamos".

Irene Villa, que cursa segundo de BUP y que recientemente ha cambiado de colegio, añade que "de cada uno de los colegios a los que he ido conservo amigos con los que sigo saliendo a bailar y al cine. En este nuevo colegio mis compañeros se portan muy bien conmigo; no me tratan de una forma especial".

Respecto a sus deseos para 1994, la joven cree que todos deberiamos hacer algo para mejorar el mundo. "Una forma de lograrlo", explica, "sería mirar a los demá como si fueran uno mismo; eso nos haría mejores y más humanos. Todos tenemos que poner un granito de arena para lograr un mundo mejor".

"Me gustaría", subraya, "llegar a andar perfectamente, terminar de acostumbrarme a mi situación para hacer una vida cada vez más normal, dentro de lo posible. No quiero decir que mi vida actual no sea normal, pero hay que luchar para que todo el mundo sienta lo mismo. Lo importante es cómo te sientas mentalmente, se tengan las condiciones físicas que se tengan. Se pude ser tan feliz o más que cualquiera si te empeñas en lograrlo".